lunes, febrero 06, 2012

La dama blanca no capitula

El cierzo arranca silbos de las almenas de la torre de donde diviso la llanura.


Ondean los gallardetes y pendones dispuestos en las troneras; hace tiempo que están allí cuando, felice, había heredado el trono de mi padre y  tenía prometedoras metas, por no decir presuntuosas.

El tiempo de a poco ha mermado mis ansias y divago solo por los pasillos subterráneos del torreón del levante: en mis soliloquios y planes y gustos.

Alguna vez hubo una reina; hoy se ha diluido esa presencia y se ha remplazado, o eso creo, por mujeres de mi corte, pero como un decorado más, panoplias de mi solio.  El amor huyó hace mucho.

Mi ejercito, mi corte, cortesanos y cortesanas, el pueblo que dormita confiado en mi mano, son pocos; pero me son fieles y nos solazamos juntos en este pequeño reino.

De pronto, se ha alzado la reina blanca, la portentosa, la llameante, la de palabras certeras, la de imágenes atroces y beatíficas.  Sus huestes sitiaron mi reino por la frontera de la llanura, del septentrión.  Ella todo portento, luz centelleante, tuvo alguna vez la delicadeza de enviar sus heraldos.  En ocasiones dialogamos sobre una capitulación o un armisticio en el refectorio del castillo, aunque ella sabía que mi reino y yo no eramos rivales a sus planes de anexión.  Quería una "pax romana".

No había rey consorte, o lo hubo, no lo se.  La reina blanca, nívea, portento de alabastro, ansiaba reinos que yo nunca columbré.  En las pocas ocasiones que  nos entrevistamos, mis ministros soterradamente me advirtieron de los planes de la reina.  No los tuve en cuenta a mis sabios. 

Se ha cansado; he ignorado sus empeños, o no ha comprendido que mi castillo, mi reino me encierran, me retienen. 

Ha levantado las tiendas, paramentos y tropas del sitio.  Ha renegado de mi tozudez.  Ha preparado plantos de adiós. 

No ha comprendido que soy, solamente soy, el rey negro. Que no sueño desde hace muchos evos.

domingo, septiembre 04, 2011

Nota a un poema (Rimarko al iu poemo)

Aunque el orvallo griseaba las vistas,
aunque pertinaz calaba los huesos,
la alegrìa, la dicha fiesteaba en los dedos, en los abrazos, en los besos.

Tornaba la magia de lo gris luego de la calma del color.
¿y el corazòn? ¿dònde iba?

En latidos dando tumbos. Fiesta.

S.E.

lunes, agosto 08, 2011

Presagio

Para SPMC
Te auguraste en tu sueño, ojos tristes,
que la muerte se puede ocultar con un beso.
En tu sueño las sonrisas no se escatiman y entiendes
que el dolor y el amor son simétricos,
que equidistan el tiempo que tardas en ser feliz.
Tuyo.
Tu sueño se allega en deseos,
en esperas
mientras la melancolía
te susurra el desencanto de haber amado.
Y odias.
Ya no temes más...
(1992-2000)

Septiembre


Para elipere


Las horas corroen impúdicas los gajos de sueños.
Una llama excita los jirones de un cielo de titanio,
Y el clamor de bárbaros guerreros serpea en cada nube, en cada fulgor.
Sí, mujer, tu alma se aviene al mundo rastreando una caricia, sorbiendo un deseo;
mientras miras la faz del Mal yo decido al arrullo de Baudelaire.
Y de ese cielo en tropeles, tu cuerpo deshojándose en anhelos,
no te libras del hechizo de una luna balbuciente.

[cxirkau 1989]

A...

Eres convincente en la premura de la dicha.
Amansas mis desvaríos con tu irreflexible bondad
y ya nada mío se opone a tu existencia.
Con el desgano de la frivolidad asistes deslumbrada a la destrucción de mundos multiformes.
.
Más allá, abrasadas en incertidumbres de tierras lejanas,
mis cosas te acechan y corroen con lentitud y estolidez.

No me conduelo en lanzar blasfemias a mis demonios
ni a tus galantes pretensiones de salvar lo insalvable del cataclismo.

Alejados de los rituales cotidianos, fingiendo anarquía,
se acercan los tronchadores de esperanzas
y los cauterizadores de la herida blanca de la rebeldía.

Ya nada es mío: ni el alefato negro de mis cábalas,
ni los algoritmos de mis pesadillas, ni la odiosa bondad a mis semejantes.

La cólera de mis dioses no estampará su venganza
en el tuétano de mis huesos; ni su estigma me rondará
como el querube idiota de luz celestial.

Esta es la dádiva de tu inmolación lunar perfumada de mirto soporoso:
¡Te rindo un universo tenebroso y te hago partícipe de mi muerte!...

domingo, julio 31, 2011

Ayer eras como un premio lejano
Dado en sueños a los más altos mortales;
Recién lograbamos juntar las manos
Intentando mantener los cabales.
Ahora que sumergimos nuestros cuerpos,
Nadando en remolinos pasionales,
Ahogamos la angustia de lo externo.

sábado, julio 30, 2011

Himno

A mi tierra sembrada de Olvido
Del Progreso semilla trajiste
De Miseria no más doloridos
Hoy los míos de orgullo se visten

Imponente a la vista de campos
cual milagro tu mole enarbolas,
Con palmeras vibrantes y cantos
Al sereno viajero impresionas.

De Colombia engrandeces el nombre
Trabajo digno a esta tierra le das
Y en el alma de todos tus hombres
sólo alienta una voz: Bienestar.

Con gran celo fabricas productos,
cuyo fin es la vida amparar.
La Calidad de tus nobles frutos
grato Sello es de tu alta moral.

Relucientes paredes resaltan
al contacto de soles caucanos
evocando el tesoro que guardas:
tus preciosos valores humanos.

El trabajo, la paz y el progreso
Son el sueño de toda nación
Del Olvido buscamos regreso
con tu apoyo, incentivo y tesón

Gentes francas, alegres, sinceras
Sin distingos de raza o color
Única fuerza que en todos impera
!Vamos¡ juntos hacemos la Unión.

En la muerte de su madre

En el aniversario de la muerte de la abuela de Jordi

Cavilosa y triste te enfrentas al aposento
que no ha mucho tiempo su presencia ocupaba.
Entre una gruesa niebla de plañidos, un lento
hilillo de voces y risitas se filtraba.

Sus caricias maternales, el serio contento
y sucesos de menudas cosas se agolpaban.
Tiernos arrechuchos y dolorosos acentos
con el hilillo, una trágica mezcla formaban.

Recuerdos, dulces momentos, la muerte acalla.
Como un cardo doloroso, la angustia se encalla;
y te mece un mar donde bogas entristecida

con un punzante dolor que en las sienes restalla.
¿No recelas, amiga, que esta última batalla
es, acaso, la primera de una nueva vida?

Acción de Gracias

Gracias, Dios, por esta nueva oportunidad
de rescatarme del pasado para vivir el hoy.
Gracias por no negarme la ocasión de escoger
entre los caminos irreducibles de la dicha
y los oscuros y cambiantes rostros del dolor y la tristeza.

Porque merezco el contacto espiritual
con los demás y porque ellos esperan
contactarse con mí espíritu, para juntos
crecer, fortalecernos el entusiasmo
y enfrentar los apuros del porvenir.

Para dejar la historia de una vida
satisfecha, sin mezquindades,
rebosante de vida y de amor.

Gracias, Dios, por dejarme creer que creo;
y que estás en cada uno de mis actos
sin justificaciones de ninguna clase.
Dios, tu eres porque yo soy.

Amén.

Para mayor devoción, el lector avisado deberá preparar una copia con cada una de las buenas intenciones y debe procurar que en este ejercicio no haya discrepancias de gusto, religión, raza, color, etc.

Al final de cuentas, sólo somos unos cuantos millones de humanos y después, tal vez dentro cincuenta años, no seremos más que un vago recuerdo en esta tierra.

(1997, 2002)

El Espejo

Para MPR

El espejo le devolvió a la mujer la imagen de la ascendente vuelta de la espira de su vida que en ese instante había cambiado.

En ese giro creyó reconocer el irreversible salto de la mocedad a la adultez que ahora le pesaba en los párpados y en cada uno de los instantes compartidos con el hombre. La desazón tiñó sus más triviales recuerdos de derrota y resignación; la aceptación y el abandono a las bromas y argucias evasivas del hombre opuestas a cada grave interpelación de ella de encarar la frustración que proviene de lo establecido y lo monótono; la acusación de culpa, repetida y machacada hasta el convencimiento forzoso y condicionante se anteponía e incrustaba en su cerebro.

En cada retuerzo de la espiral caliginosa se vislumbraba, en breve, la respuesta clara, precisa; luego giraba ocultándola y su mente divagaba en la gama de posibilidades surgidas si se hubieran respetado los acuerdos prometidos.

Se aferró, por última vez a su antigua media vida, al poder de la palabra como poterna a la otra media y definitiva; que tal vez no fuera ni media. Luchó porfiada a engarzar cada sílaba; a alinear cada palabra; repetir la frase que diluya como por ensalmo los requiebros de una vida tortuosa, descorazonada y oscurecida. Deseaba decir la frase que vivifique y alinee límpidamente lo que quedaba por vivir. Decirla sin afectaciones ni resentimientos con la seguridad y gravedad necesarias del convencimiento; sin transigir a las argucias ensayadas y convenidas.

Los ojos de la mujer relucieron. Se vivificó su lucha contra el tiempo imparable con el gozo de nuevos horizontes. Se repitió, sintiéndose libre por fin: "¡Vuelve tus miradas sobre mí y enseñoréate de mi felicidad compartiéndola!"

El espejo se había roto.

viernes, julio 29, 2011

Oración para casi todos los días

Para una chiquilla que yo sé


Por permitirme despertar,
no con los atavíos de mi miseria
y sí con las galas de mi felicidad;
amasada día a día con las minúsculas
fracciones de mis ratos dichosos.

Por dejar que la hebra de mi existencia
se entremezcle con la de los demás
formando el entramado de este presente pasajero.

Por los afanes, dichas y desaires
que soportan mis risas, ternuras y agrados
sin manchar nunca la blancura de mi alas.

Por convidarme sin prisas a seguir,
entre juegos cotidianos y tareas sencillas,
el camino que lleva al Eterno Futuro.

En fin, por permitirme vivir y morir
como yo lo he decidido y compartido.

Metrología. Junio de 2002